lunes, 18 de abril de 2011

A San Andrés de Teixido “vai de morto o que non foi de vivo”

Cuenta la leyenda que todo aquel que no haya visitado San Andrés de Teixido, por lo menos una vez, en vida, lo hará cuando haya muerto, bien transformado en lagarto o algún animal similar, bien acompañado de un vivo elegido por él que lo lleve al santuario al menos tres veces, para que su alma pueda descansar en paz.

En la sierra de A Capelada, a unos doce kilómetros de Cedeira, se encuentran la población y santuario de idéntico nombre conocidos como San Andrés de Teixido, San Andrés de “Lonxe” o San Andrés “Do cabo do mundo”. Este templo es uno de los lugares de peregrinación más importantes de Galicia. Está situado en un espectacular emplazamiento al borde del mar.

El camino para llegar a San Andrés arranca desde el mismo centro de Cedeira y remonta el curso del Condomiñas por su orilla izquierda. A los dos kilómetros, en Cruz de Nogueira, hay que desviarse hacia la derecha. Después de algunas pendientes se alcanza el mirador de Os Cadrís. Al llegar a la parte superior se baja precipitadamente hacia el santuario de Teixido en una amplia hondonada que se descubre abierta al océano, entre los altos acantilados que por la sierra de A Capelada circundan el municipio de Cedeira. En el fondo de aquel valle, un caserío y un templo, a 140 metros sobre el nivel del mar ya llegamos a Teixido.

San Andrés de Teixido

Vista desde Teixido

La leyenda o leyendas sobre el lugar datan de fechas remotas e indefinidas. Según tales historias, el santo, algo envidioso de la afluencia de peregrinos a Santiago, permanecía triste y apagado. Un día recibió la visita del mismísimo Señor en compañía de san Pedro. Como quiera que el santo formulara sus quejas a tan insignes autoridades, el Todopoderoso le prometió que a su santuario acudirían en romería todos los mortales y, quien no lo hiciera de vivo, vendría a verle de muerto. Por otro lado, la leyenda cambia y se cuenta señalando que uno de los doce apóstoles llegó en barco a los acantilados de Teixido y que su barca naufragó quedando convertida en el peñasco conocido como “A Barca de San Andrés”. El mal trago fue compensado con la promesa que Dios le hizo, según la cual tendría un santuario y una romería que duraría hasta el fin del mundo y que, vivos o muertos, habrían de acudir al lugar.

La iglesia fue construida entre los siglos XVI y XVIII, según las pautas estéticas del gótico y el barroco. De la construcción primitiva, hoy queda la puerta norte. La torre del campanario se eleva en tres cuerpos, sobre una base cuadrada, y está rematada, en su punto más alto, por un pináculo. Otros elementos de interés son las pinturas murales y la talla-relicario de san Andrés. Este último es de estilo barroco italiano y contiene un fragmento de hueso de san Andrés.

Santuario (muro sur)


Fachada oeste del santuario



Campanario

Retablo

Cada 8 de septiembre, la romería de San Andrés de Teixido se convierte en epicentro de la Galicia espiritual y festiva, atrayendo a multitud de peregrinos. Una devota multitud que llena de exvotos el altar del santo y añade aún más color a las rosquilleras que ofrecen herba namoradeira, que sirve para conseguir los favores de la persona amada, y sanandreses, figuras de miga de pan pintada que representan la vida del santo. Los romeros que llegan hasta el santuario en cumplimiento de sus promesas depositan sus ofrendas y encienden velas al patrón. La tradición manda bajar hasta la Fuente del Santo y beber agua en sus tres caños antes de pedir un deseo; después se echa al pilón una miga de pan y, si flota, el deseo se cumple.

Sanandreses

Talla

Herba de namorar en los acantilados de San Andrés

Fuente del Santo

Cruceiro en San Andrés de Teixido

 Mirador

Realmente, este lugar es una de las mecas de la Galicia mágica. Un lugar alucinante donde las historias y el rugir del viento y del mar nos hacen ver imágenes increíbles y fascinantes.

La Galicia moderna conserva lugares como éste, en los que la tradición y la más pura superstición permanecen vivas. Uno de esos lugares en los que las leyendas, fraguadas en pleno medievo, perviven siglo tras siglo.



jueves, 7 de abril de 2011

Cedeira siempre

Cedeira es el olor a mar, el viento salado que acaricia el rostro, la tranquilidad, un paseo al muelle, la infancia, la playa, los veranos eternos, la familia y los amigos, la lluvia, una puesta de sol en San Antonio, el recuerdo de los que ya no están, la morriña de la tierra, el cobijo… el hogar.

Cedeira ayer












Cedeira hoy











domingo, 3 de abril de 2011

El Norte del Norte

El Magnus Portus Artabrorum es el nombre con el que los romanos denominaron un lugar del ángulo noroeste de la costa de Galicia, entre la ría de Ares y la de Ortigueira, cuyo emplazamiento exacto desconocemos. Hasta la llegada de Julio César en el año 62 a.C., los ártabros, tribu de origen celta, eran los pobladores de la zona.

Cien kilómetros de línea costera con las combinaciones paisajísticas de mar y tierra más espectaculares del arco atlántico: tres rías, arenales generosos en olas y dunas, lagunas litorales y los acantilados más altos de Europa.

La denominada Costa Ártabra recorre los ayuntamientos de Cariño, Cedeira, Ferrol, Narón, Valdoviño, Ortigueira, Ares y Mugardos.

Desde el cabo Prioriño Chico, en la ría de Ferrol, hasta el cabo Ortegal, en la ría de Ortigueira, la costa se vuelve acantilado y puntas al mar.


   



Acantilados en
cabo Ortegal







 

       





Cabo Prioriño


Según nos vamos desplazando hacia el norte, se sucede una franja litoral de gran interés geológico. Costa pedregosa en donde bate el viento del mar, resguardadas calas o playas abiertas bien acompañadas de lagunas como Doniños y Valdoviño. La de Doniños es la primera de las lagunas litorales características de esta zona. Supera en profundidad a las de otros arenales como San Xurxo o Pantín, también con espacios lacustres de agua dulce. Con todo, la mayor es la laguna de A Frouxeira, la única de aguas salobres, situada en la playa de Valdoviño. Se trata de una zona húmeda protegida e importante refugio de aves.

Laguna de Doniños

 Playa de A Frouxeira y lago en Valdoviño


La Costa Ártabra se sosiega en el interior de la ría de Cedeira, afamada cetárea de marisco con largos arenales, para luego alcanzar en la caída de la sierra de A Capelada los acantilados de récord: 613 metros sobre el mar en Vixía de Herbeira. Estos acantilados están considerados los más altos de Europa.

En días claros, es posible divisar, en dirección sur, las Illas Sisargas. Hacia el norte la vista alcanza hasta la Punta de Estaca de Bares. No es necesario decir que las vistas sobre la inmensidad del océano son igualmente espectaculares.

Herbeira está ubicada en las faldas de la sierra de A Capelada. Se trata de un bello entorno natural de tupidos bosques y verdes praderas, en las que es posible ver caballos salvajes pastando en libertad.


Mirador Garita de Herbeira


Sierra de A Capelada


Cedeira


Puesta de sol en Cedeira

La visita a esta impresionante Costa Ártabra quedaría incompleta sin la Punta de Os Aguillóns de cabo Ortegal: escollos de fantasía, como uñas de percebe emergiendo de un mar que atrapa la luz entre el cielo y la sal.

Este entorno natural ofrece una gran belleza paisajística al visitante. El cabo Ortegal es el segundo punto situado más al norte de toda la Península Ibérica. Sólo lo supera, y no por mucho, la vecina Punta de Estaca de Bares. Al llegar disfrutaremos de una impresionante panorámica de la unión del océano Atlántico y el mar Cantábrico. La belleza de este paraje se debe en buena medida a sus agrestes acantilados, golpeados sin cesar por el bravo oleaje.


Os Aguillóns